Hoy les dejo una receta que casi siempre sorprende, croquetas de habichuelas. Esta receta la aprendí de una señora de Las Palmas -Candelaria González- que me contó que las hacía su madre -Doña María López- en la finca donde vivían, cuando tenían un montón de habichuelas. Claro, había que inventarse la cocina con el producto que abundaba.
Para mí es de las croquetas más deliciosas y delicadas, el secreto está en trabajar bien la bechamel, aromatizarla adecuadamente y darle un punto de consistencia no muy denso pero sí que se pueda trabajar la masa para darle forma.
En casa las hicimos el domingo y como iban a formar parte de los entrantes las hice pequeñitas y redonditas. Tuvieron un éxito tremendo.
Vamos a ver cómo las hicimos.
Ingredientes:
150 gr de habichuelas
2 cucharadas de harina
1/2 litro de leche calentita
1 diente de ajo
aceite de oliva virgen
sal
pimienta
nuez moscada
1 huevo
pan rallado
Preparación:
Lo primero que hacemos es cocer al vapor las habichuelas (judías verdes). Yo lo hago así porque conserva mejor los nutrientes, el sabor y, además, puedo manejar mejor el punto de cocción para que no se me queden sobre cocidas.
Ahora vamos a preparar una bechamel aromatizada con ajo. Ponemos una cucharada de aceite en un cazo y, antes de que esté caliente, ponemos el diente de ajo picadito y esperamos a que se dore sin que se nos queme.
Ponemos las dos cucharadas de harina y rehogamos para ir añadiendo la leche poco a poco y removiendo constantemente para que no se nos formen grumos.
Condimentamos la bechamel con sal, pimienta recién molida (blanca o negra, al gusto) y nuez moscada recién rallada.
Añadimos las habichuelas picadas a cuchillo en trocitos pequeñitos y seguimos dando vueltas a la bechamel hasta que veamos que tiene la consistencia adecuada para unas croquetas.
Ponemos la masa en una manga pastelera desechable y la dejamos enfriar hasta que podamos manipularla.
A mí me resulta más rápido hacer las croquetas con la manga pastelera porque la masa no la dejo muy consistente para que cuando estén fritas queden suaves y blanditas por dentro, pero quien las quiera hacer de forma tradicional, formando 'quenelles' con dos cucharas me parece perfecto.
Sobre una superficie espolvoreada con pan rallado hacemos unos 'churros' con la masa y cortamos porciones con un cuchillo humedecido en agua.
El resto es igual que siempre, cogemos las porciones, les vamos dando forma, pasamos por huevo y pan rallado...
... y a la sartén a freir con aceite bien caliente, para que no se nos abran las croquetas.
Aquí las tenemos dispuestas con un acompañamiento de ensalada variada y tomatitos chiquitos (no cherry) con su gotita de buen aceite de oliva, un pelín de vinagre y unos granos de sal maldon.
¡A disfrutarlas que son una golosina!
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